jueves, 30 de abril de 2009
Y llegó abril con sus flores reventonas, sus lluvias inoportunas y el sol siempre esquivo. Vino abril tan caprichoso, como amante de favores ambiguos, como falso reflejo de espejos cóncavos. Vino abril y tan cruel se va; nos deja un regusto de almendras amargas y la plegaria silenciosa por un mayo más propicio.
miércoles, 1 de abril de 2009
Asfódelos salvajes
Asfódelos
Nosotros, hombres sin tierra de hombres. Como miles de asfódelos siempre salvajes.
Siempre (o no siempre, pero sí a veces, y hoy desde luego) hablamos de nuestra falta de talento artístico. No hemos nacido para la danza, pues hay ciertas leyes físicas que se nos quedan lejos; la pintura y la fotografía y el cine se acercan sólo en la medida que aceptan un poco más la palabra, la frase, el sonido. El teatro es el cielo al que aspiramos y la escritura, el purgatorio del que venimos.
Y la grandilocuencia uno de nuestros mayores pecados. Así empezamos.
Y la grandilocuencia uno de nuestros mayores pecados. Así empezamos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)