jueves, 30 de abril de 2009
Y llegó abril con sus flores reventonas, sus lluvias inoportunas y el sol siempre esquivo. Vino abril tan caprichoso, como amante de favores ambiguos, como falso reflejo de espejos cóncavos. Vino abril y tan cruel se va; nos deja un regusto de almendras amargas y la plegaria silenciosa por un mayo más propicio.
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