miércoles, 23 de septiembre de 2009

Duermo ya alejado de esta noche que es mi noche y todas las noches, sobrevolando como las termitas, las zonas estériles, neutras, hábito de ruinas y harapos de sueños sin amor, otra noche de deseo que no vuelve y regreso, ay, vuelco y regreso y no duermo y me da miedo y no me tiro, tan sólo otra noche, y todos los asfódelos salvajes de tus ojos…

Y esta calle incendiada de asfalto, farolas y la gravidez de alhelíes invisibles…

Y Madrid, iluminada en las pupilas, cayendo y escribiendo en su caída –como tú, mi Ícaro vagando vagabundo en las miradas- la historia más dulce, la frontera de miel y veneno en el abdomen de una abeja…

Pero despierto y toda palabra y su significado de nuevo unidos por la luz y un diccionario abarrotado de gritos en un bar de Lavapiés. Pero despierto y otra noche.

Otra noche.

Otra noche que me espera y es cualquier noche, otra noche sin amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario